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sábado, 3 de febrero de 2018

LA PSEUDO-RESTAURACIÓN (Conclusión): R.P. TAM


NdN: La falsa iglesia conciliar tiene claro sus objetivos, descristianizar y acabar con la fe Católica. Ellos se han valido del humanismo, liberalismo y del modernismo para llevarlo a cabo. Los vaticanistas de la falsa iglesia conciliar son revolucionarios y trabajan en contra de la Santa Iglesia Católica. Uno de los objetivos de la falsa restauración es seguir aparentando ser católicos, darle "importancia" a la Liturgia para calmar a los sensibles y mucho menos importancia a la Fe y doctrina. Han cambiado la religión pero algunos se visten de tradicionalistas.

La actual nueva FSSPX se comió el engaño y ahora son amigos de los enemigos de Cristo. Por increíble que parezca a pesar de las advertencias del padre Tam en este libro, la FSSPX con sus compromisos doctrinales favorecen a la revolución. 

No se puede olvidar el grave crimen de la nueva FSSPX que prefirió perseguir a los resistentes, a enmendar el camino del compromiso doctrinal. Dios todo lo vé. La nueva FSSPX prefirió estar en amistad con la falsa iglesia conciliar (enemigos de Cristo), que seguir las directivas de Mons Lefebvre. Desparramaron a la feligresía que confió en ellos, que con fe firme querían seguir resistiendo con ellos. Ahora pesan sobre la nueva FSSPX las palabras de N.S.J.: "Conmigo o contra Mí, o recojen Conmigo o desparraman".

Que decir de la falsa resistencia de Mons Williamson y sus seguidores-defensores, ahora con mas obispos que la misma nueva FSSPX, trabajaron para controlar la reacción, atenuarla o perseguirla. Igualmente ellos favorecen a la revolución; tienen intereses diferentes a los de la Iglesia Católica, pues toleran errores de sus líderes y son amigos de la nueva FSSPX por debajo del agua, eso sí, siguen aparentando "organización" y están listos para acaparar a alguno que otro resistente despistado que se conforma con seguirle la corriente a Mons Williamson con tal de recibir sacramentos seguros. 

No mucho que decir de las Congregaciones "indultadas" son traidores desde un inicio, si sus fieles supieran los orígenes de estas agrupaciones seguramente pensarían dos veces su afiliación. La mayoría de los sacerdotes ordenados lo son por obispos consagrados por el nuevo rito de Paulo VI. Gravísimo pues hay serias dudas de la validez de estos obispos. ¿Que significa esto? Que la iglesia conciliar permite la misa de San Pío V pero muchos de estos prelados pueden tener ordenaciones inválidas. No hay Sacrificio sin sacerdote válido, esto los saben muy bien los conciliares...

A pesar de las traiciones de algunos hijos de Mons Lefebvre, y de otros falsos fratribus, la Iglesia Católica perdurará hasta el final de los tiempos. Acompañemos a la Iglesia en su Pasión, pidamos la gracia a la Santísima Virgen María que acompañó a su Divino Hijo en su Pasión, de permanecer firmes y fieles, hasta Su regreso.
Viva Cristo Rey.


CONCLUSION
(La pseudo-restauración)

Después de haber estudiado la Seudo-Restauración, con la ayuda de los documentos que nos muestran su naturaleza, sólo nos queda prever, en la medida de lo posible, el futuro.

La antigua lucha de la Revolución contra Dios, Nuestro Señor, su Santa Iglesia, su Orden Social histórico y, finalmente, contra las consecuencias religiosas, políticas, jurídicas, sociales y económicas de su Divinidad, bien marcadas en la Edad Media, esta antigua lucha continúa hoy, con sus metamorfosis, “Fratres, sobrii estote et vigilate”. (1 Pt. 5).

Entre las metamorfosis más peligrosas de la Revolución en la Iglesia, está la Seudo-Restauración. El Cardenal Ratzinger continúa dando, sin prisas, sus “sorpresas”: después de la declaración de la Restauración, tenemos la Misa de San Pío V con indulto, la institución de la Hermandad San Pedro, la promesa de girar los altares, la creación de nuevas congregaciones religiosas conservadoras para ser un "filtro" respecto a la juventud que quiere llegar a la Fraternidad S. Pío X... ¡hay que estar preparados para recibir nuevas sorpresas!

No creemos que todo esto sea un milagro de conversión (que siempre es posible) ni el camino de una verdadera restauración. No lo creemos por todas las razones expuestas más arriba y también porque los cálculos de Cardenal Ratzinger nos parecen demasiado humanos y poco inspirados por los principios de la fe: “...non omprehenderunt... non cognovit... non receperunt...”(42).

En efecto, al tener el modernismo la tentación de adaptar la Iglesia al mundo moderno y siendo el mundo moderno la encarnación de la Revolución liberal, ésta sólo pide una cosa a la Iglesia: renunciar a la Realeza Social de Nuestro Señor Jesucristo y, por tanto, renunciar al Estado Confesional, aceptar el modelo liberal, de laicidad de la sociedad temporal, convertir a la religión en una cuestión meramente privada. Si la Iglesia Conciliar “en las sacristías”, después de haber aceptado todo esto, decide girar los altares e incluso imponer como obligatoria la Misa de San
Pío V, no por ello se sale de la línea de la Revolución liberal ni molesta al laicismo.

Al contrario, la Revolución en la Iglesia se salva y con cimientos más sólidos. (43). Podríamos incluso repitiéndonos llegar a predecir la fórmula victoriosa de la Seudo-Restauración, que sería mas o menos así: “tradicionalista sí, pero en privado”.

Si los modernistas perfeccionan su Seudo-Restauración en este sentido, habrá que prever el peligro que supondrá para los tradicionalistas esta maniobra, sobre todo para los que están menos preparados, para los que tienen menos conocimiento, o carecen por completo, de la doctrina de la Realeza Social de Cristo y la historia de la Revolución.

Sin dejarse engañar por los combates de “retaguardia”, preparémonos para próximas “sorpresas”, tanto más que la Seudo-Restauración es querida, dirigida y sostenida por fuerzas externas a la Iglesia misma y que conocen perfectamente las reglas de toda Revolución; ¡no es sólo una “historia de curas”!

Una vez más fue Monseñor Lefebvre, el hombre suscitado por Dios, en esta crisis de la Iglesia, el prelado profetizado por Nuestra Señora del Buen Suceso, hace tres siglos, quién también había previsto esta hipótesis en 1987. He aquí un resumen de lo que respondió al Cardenal Ratzinger el 14 de Julio de 1987:

“Eminencia, aun en el caso en que Vd. nos concediese un Obispo, incluso si nos concediesen una cierta autonomía con respecto a los Obispos, aun otorgándonos toda la liturgia vigente hasta 1962 y nos permitiesen continuar la obra de los seminarios de la Hermandad tal como lo hacemos ahora, nosotros no podríamos colaborar con Vds., es imposible, porque nosotros trabajamos en dirección diametralmente opuesta: 

Vds. trabajan en favor de la descristianización de la sociedad, de la persona humana y de la Iglesia, mientras que nuestros esfuerzos están dirigidos hacía la cristianización; no podemos por tanto, entendernos. 
Para nosotros N.S.J.C. ¡lo representa todo! Es nuestra vida; la Iglesia es N.S.J.C., es su Esposa
Mística; el sacerdote es otro Cristo; su Misa es el sacrificio de Jesucristo y el triunfo de Jesucristo por la Cruz. En nuestros seminarios se aprende a amar a Cristo y todo se haya dirigido hacia el reinado de Nuestro Señor Jesucristo. Esto es lo que somos, y Vds. se dedican a hacer lo contrario. Vd acaba de decirme que la sociedad no debe ni puede ser cristiana, que eso sería ir contra su naturaleza.

Vd. acaba de intentar demostrarme que Nuestro Señor Jesucristo no puede reinar en las sociedades. Vd. ha intentado demostrar que la conciencia humana se halla libre de responsabilidad con respecto a N.S.J.C., que hay que dejarle en libertad y concederle, usando sus mismas palabras, un espacio autónomo: eso es la descristianización.

Pues bien, nosotros somos partidarios de la cristianización, no podemos, por tanto, entendernos. (Retiro sacerdotal, Sept.1987).

Dios puso enemistad entre la Mujer y la serpiente (Gén. 3.15), el demonio va siempre en sentido contrario a la voluntad de Dios. Si el demonio ha logrado hacerse respetar por la casi totalidad del género humano, podemos pensar, con fundamento, que esos mismos hombres han quedado inútiles para el servicio de Dios, “sicut inútiles facti sunt”, dice el Salmo.

Siguiendo el espíritu de San Luis María Griñon de Monfort en el “Tratado de la verdadera devoción” (no 52 y siguientes), terminamos este trabajo con la oración siguiente:

“Oh Santísima Trinidad, en esta larga noche de la Historia, os ofrezco el amor que la Santísima Virgen María os tiene, la enemistad y el odio que Ella ha recibido de Vos contra el demonio que trabaja para rebajar a Jesús Cristo N. S. y la Santa Iglesia Católica al mismo nivel de las falsas religiones, como hizo el Papa en Asís dejándose guiar por las ideas que dominan hoy el mundo.

Oh Santísima Trinidad os ofrezco la enemistad de la Santísima Virgen por la voluntad que tiene el demonio de separar la Iglesia del Estado.

Oh Santísima Virgen María por la gracia de este misterio de enemistad que Vos tenéis contra la serpiente, dejadme unir mi espíritu al Vuestro y no permitáis que respete al enemigo de Dios, aunque la mayoría de los hombres de hoy lo hagan.

O Santísima Trinidad, también os ofrezco el acto de Fe solitario, cruel y perfecto, que hizo la Santísima Virgen el Sábado Santo, día en que todos perdieron la Fe. (San Bernardo)

¡Oh Señora mía, por la gracia de este misterio, concédenos conservar la Fe en este Sábado Santo de la Iglesia. Que no temamos el quedar solos combatiendo en defensa de las consecuencias públicas de la Divinidad de Vuestro Hijo!

Para alcanzarnos estas gracias, ofreced a la Santísima Trinidad, por Vuestras manos purísimas, este Tesoro escondido que es el Santo Sacrificio de la Misa, que todavía se celebra en la Tierra.

(42) Prologo del Evangelio de San Juan.
(43) La misa tradicional puede ser concedida o aceptada, sin salir de la Revolución liberal, los
revolucionarios saben bien que pueden conceder dicha Misa; pero no cederan jamás en “los mejores valores de dos siglos de cultura liberal”