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domingo, 18 de septiembre de 2016

ERRORES DEL CONCILIO VATICANO II (Sexta Parte)

NO ES LA INTERPRETACIÓN NI LA APLICACIÓN EQUÍVOCA DEL POSTCONCILIO EL PROBLEMA RAIZ DEL MODERNISMO, COMO NOS LO HACEN CREER LOS PRO-CONCILIARES Y ALGUNOS FALSOS TRADICIONALISTAS.

EL CONCILIO ES UN INVENTO Y EJECUCIÓN MASÓNICA PARA HACER PERDER LA FE Y EL ALMA A LOS CATÓLICOS Y A QUIENES CREAN EN ESAS FALSEDADES.

  Los documentos Lumen Gentium y Nostrae Aetate hacen un exagerado reconocimiento a los musulmanes, diciendo que: “adoran al Dios único, viviente… a cuyos decretos procuran someterse con toda el alma, como se sometió Abraham, a quien la fe islámica mira con complacencia” (…) el Corán contradice  expresamente todas las verdades fundamentales de la fe cristiana.

  El elogio del Vaticano II a la “fe” de Abraham profesada por los musulmanes, como si constituyese una característica que los acerca a nosotros, oculta la verdad, ya que  el Abraham del Corán, no coincide con el Abraham verdadero, el de la Biblia (…). Los musulmanes pretenden que Mahoma (descendiente de Abraham por la línea de Ismael, fue llamado por Dios a restaurar, liberándolo de las presuntas falsificaciones de hebreos y cristianos.

  Se sabe que la “cristología” del Corán se basa en el Jesús torcido y desfigurado de los evangelios apócrifos y de las herejías gnósticas de distintos tipos que pululaban en Arabia en tiempos de Mahoma (…) cuando los sarracenos veneran a Jesús como profeta, lo entienden como “profeta del Islam”, mentira que no puede aceptar ningún católico que siga conservando la fe.

  Nostrae Aetate… alaba a los musulmanes y dice que con razón el concilio “exhorta a todos a que, olvidando lo pasado” “procuren con sinceridad comprenderse mutuamente, defender y promover unidos la justicia social, los bienes morales, la paz y la libertad…”

  La verdad es que: el islam es una religión que, además de admitir instituciones moralmente inaceptables como la poligamia, con todos sus corolarios, pretende garantizar la salvación nada más que con solas las prácticas legales del culto… (peor que el ) fariseísmo, (…) La comunidad islámica siempre en guerra con el resto del mundo, “hasta la infalible victoria final”: la instauración de un estado islámico mundial.

  San Gregorio VII, Papa desde 1073 a 1085, le escribió en 1076 a Anazir, emir de Mauritania, quien se había mostrado generoso respecto de algunos prisioneros cristianos, el Papa le decía al emir que tal “acto de bondad” le había sido “inspirado por Dios”; que creemos en el mismo Dios al cual confesamos, aunque de modo distinto; que alabamos y veneramos a diario al Creador de los siglos y rector de este mundo”. ¿Cómo explicar tamañas afirmaciones? Ignorancia de entonces tocante a la religión fundada por Mahoma. En efecto, el Corán no se había traducido aún al latín en tiempos de San Gregorio VII. Blasfemias contra cristianos.

  La primera traducción del Corán al latín, apareció en 1143 y Pedro el Venerable le agregó una refutación decidida del credo islámico.

  El Concilio Vaticano II en vez de exhortar a los creyentes a tomar más aliento para convertir al mayor número posible de infieles, arrancándolos de las tinieblas en que están sumidos, el concilio exhorta a los católicos a afanarse para que los budistas, hindúes, moros, judíos, etc., sigan siendo tales, y “progresen” en los “valores” de sus religiones, hostiles todas ellas a la verdad revelada.

  Esta exhortación pastoral y otras semejantes traicionan la orden impartida a los Apóstoles por Jesús resucitado: “Id, pues; enseñad a todas las gentes, bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a observar cuanto yo os he mandado”.