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domingo, 23 de febrero de 2014

LA CRUZADA POR LA LIBERTAD RELIGIOSA EN MEXICO: La guerra cristera (2a parte)


4) LA ERA DE ALVARO OBREGON (1920 A 1924)


Cuando Carranza logró su tan acariciado plan de llegar a la presidencia gracias a Wilson, se lamentó de los resultados de la revolución comprobando que había sido utilizado. Hizo al Congreso proposiciones para la reforma de los artículos 3 y 130, en Noviembre y Diciembre de 1918. Por supuesto del Congreso rechazó dichas propuestas, por otro lado su protector Wilson, se enfermó, de manía cerca de la locura y se encontraba inepto para gobernar. Estalló la revuelta en Sonora bajo el famoso plan de Agua Prieta. Obregón asesinó a Carranza que trataba de huir al estado de Veracruz y luego hacia el norte.

A la muerte de Carranza subió al poder la dupla más anticlerical y revolucionaria compuesta por Alvaro Obregón y Plutarco Elías Calles, ocupando la presidencia el primero Obregón; "Era Hombre práctico y comprendía  que no le convenía desempeñar, en la tragedia mexicana, el papel de perseguidor". Por otro, siguiendo el programa integral de las logias internacionales de "arrancar de cuajo el catolicismo de Hispanoamérica" preparó el camino siguiendo dos tácticas:

1) La primera tendiente a fortalecer en todos los estados el poderío de las organizaciones obrera y agraria que, en sus manos sería en su momento, una fuerte arma política contra la futura persecución religiosa.

2) La segunda consistió en continuar la política de Carranza de respecto a la Iglesia a quien "regresaba" todos los templos cerrados entre 1914 y 1919, pero por otro lado Calles y Morones (Dirigente de la C.R.O.M.) bajo la protección de Obregón lanzaron un plan llamado "de los buscapiés" o detonantes sociales en el cual sondearían la reacción de los católicos en toda la república. Serían puestos en marcha de forma escalonada, sucediéndose de la siguiente manera:

a) Después de la elección de Obregón hubo manifestaciones en las que se estigmatizó a la Iglesia y a los Católicos. Estuvieron presentes Luis Morones, Felipe Carrillo Puerto, Antonio Díaz Lombardo, etc., en sus discursos dijeron que no había "otro camino que el de Lenin"

Los católicos respondieron con la solemnidad y grandiosa coronación de la imagen de Ntra. Sra., de Zapopan  llavada acabo en Guadalajara los días 16, 17 y 18 de Enero de 1921, uniéndose a la peregrinación nocturna cerca de 20.000 personas llevando en sus manos lámparas verdes, blancas y rojas, gritaban; "Viva la Iglesia" "¡Viva Jalisco!" "Viva la libertad religiosa"

b) El 6 de febrero de 1921, estalló una bomba en la puerta del palacio arzobispal de la ciudad de México. Era la respuesta  a los acontecimientos de Guadalajara.

Los estudiantes católicos organizaron una manifestación a la que se unieron los obreros católicos y los miembros de las congregaciones marinas. La contramanifestación de la C.R.O.M. fue barrida a los gritos de "¡Muera Juárez!"  Llegando hasta el Zócalo del palacio presidencial donde aclamaron a Cristo, al Papa y a los Obispos.

c) En Guadalajara, con ocasión de las manifestaciones del primero de Mayo, la bandera roginegra ondeó unos instantes sobre la catedral siendo arrancada por Miguel Gómez Loza, dirigente sindicalista católico.

d) En Morelia Michoacán el 8 de Mayo de 1921, una pequeña manifestación "socialista" se lanzó por las calles de la ciudad lanzando consignas contra la Iglesia, algunos manifestantes treparon a las torres de la catedral para tocar las campanas y colocar la bandera roginegra, Joaquín Cornejo, obrero católico, subió para quitarla y quemarla. Por la tarde otros "comunistas" se presentaron en la catedral con el pretexto de reclamar la bandera acuchillando, de pasada,  una imagen de Ntra. Señora de Guadalupe.

La reacción no se hizo esperar una multitud de 7.000 personas, en actitud pasiva, integradas por la A.C.J.M., y obreros desfilaron por la principal avenida del grito de ¡Viva Cristo Rey! ¡Viva la Virgen de Guadalupe! con el fin de expiación por el sacrílego atentado. Resultando de esta manifestación reprimida a balazos por la policía, diez muertos entre ellos Joaquín Cornejo.

e) El 4 de junio de 1921, explotó una bomba en la residencia de Mons. Orozco y Giménez.

f) El 14 de Noviembre de 1921, Juan M. Esponda, funcionario de la secretaria particular de la presidencia de la República, deposito en medio de un ramillete de flores un cartucho de dinamita al pie de la imagen de la Virgen de Guadalupe en su basílica, el 18 de Noviembre hubo otra manifestación protestando contra el atentado.

g)En 1923, con ocasión de haberse colocado y bendecida la primera piedra de monumento nacional a Cristo Rey en el cerro Cubilete centro de la república, Obregón dicto la orden de expulsión del delegado apostólico Mons. Ernesto Filippi, todo esto sucedía el 12 de Enero un día después de la ceremonia religiosa  en el Cubilete. Esta expulsión fue solicitada por la "Federación Anticlerical Mexicana" y la española Belem de Zámarraga quien pidió a Calles, Secretario de Gobierno, la aplicación del art. 33 por violar, según ella, las leyes e "impulsaba a la  rebelión a la gente pacífica explotando el sentimiento religioso"  tres días le dieron para abandonar la república.

Cinco prelados mexicanos y algunas damas católicas protestaron contra esta orden inicua pero Obregón les contestó, con un telegrama, en estos términos: "La orden expulsión Mons. Filippi no debe ser considerada como ataque religioso cuyo libre ejercicio ampara el gobierno tengo honor de presidir, para todos los cultos, sin más limitaciones que las que la ley establece"

La A.C.J.M. en represalia a este telegrama publicó un manifiesto en el tono siguiente. “Más de diez años de guerra intestina nos ha traído la ruina económica, la disolución social, la desunión entre los mexicanos; ahora, los encargados de reparar los males nacionales, de hacer olvidar los agravios, siembran más copiosamente la discordia, hacen más profunda la división, olvidándose de que somos los católicos quienes formamos la inmensa mayoría del pueblo mexicano y de que nuestros hombres no  son tan resistentes que soporten la carga de los ultrajes que sobre ellos colocan”.

La situación se ponía difícil para el Gobierno. Alvaro Obregón, para calmar la tempestad que él mismo provocó, envió una larga carta a los Sres. Arzobispos José Mora y del Río, Leopoldo Ruiz y otros más, de la cual sacamos el siguiente extracto: "Yo lamento muy sinceramente que los Señores del alto clero católico no hayan sentido la transformación que se está produciendo en el espíritu colectivo, hacia orientaciones modernas, la Iglesia y el estado no se excluyen, tienen intereses complementarios, pero sería enojoso para aquella que no comprendiera; el movimiento revolucionario es cristiano, el conflicto es, por lo tanto, un conflicto entre instituciones, y es la Iglesia la que no quiere comprender. El programa social actual del gobierno emanado de la revolución es esencialmente cristiano, es un complemento del programa fundamental de la Iglesia católica."

Finalmente Obregón ofrecía a los Sres. Arzobispos una división de trabajo y una alianza para "un programa esencialmente cristiano y esencialmente humanitario" los Arzobispos agradecieron, en una carta las "buenas intenciones" del presidente y, de pasada le recordaron las enseñanzas sociales de los papas.

i) Finalmente el 20 de Marzo de 1923 la Iglesia, no dejándose intimidar por los acontecimiento del Cubilete, organizó el tan largamente deseado "CONGRESO EUCARISTICO" pero obligado por la guerra civil lo aplazo para el mes de Octubre, mientras desarrolló una intensa campaña en el país entero con el fin de llevar al mayor número posible de participar a la capital. El Congreso comenzó el 5 de octubre acompañado de festejos extraordinarios y movilizaciones en maza en toda la República. Muchos fueron los discursos que se pronunciaron siendo digno de mención el de Palomar y Vizcarra quien dijo que la mejor manera de ser vencido era "dejar al enemigo la plaza sin lucha" recordando el triunfo de los católicos en Jalisco, terminando con esta cita: "Los pueblos perecen no porque son débiles, perecen porque son viles." Las últimas palabras del Congreso fueron: "Angeles santos, que en cálices preciosos recibís la Sangre que brota de esas llagas No las llenéis hasta los bordes! Dejad lugar para la sangre nuestra! Queremos, como el gran San Pablo, poner con las tribulaciones nuestras lo que le falta a la Pasión de Cristo, para México, el hijito mimado de María Guadalupe, sea también el soldado más valiente del Rey muerto que reina vivo!" La ofrenda ya estaba puesta sobre el altar del Sacrificio. Este anhelo de martirio sin duda alguna fue escuchado con agrado por la Trinidad augusta por la gran cantidad de mártires que produjo la guerra Cristera.

La reacción del Gobierno no se hizo esperar, el 9 de Octubre dio órdenes para que el Congreso fuese suspendido al instante la razón: "por el delito de violación a nuestras leyes de reforma, a las personas que han hecho ostensibles manifestaciones de culto externo y a los inspiradores de tales delitos, y con esta fecha se ha servido acordar, además, que sean separados todos los empleados públicos que han incurrido en la misma falta."

Continua..